Cuando
se adapta un SLA para la prestación de un servicio cloud, existen
ciertos requisitos clave que hay que tener en cuenta:
Sea
realista
Afirmar
que la disponibilidad va a ser del 99,99999 es un argumento poco
realista para la gran mayoría de empresas, por lo que esperar que un
proveedor “cloud” va a alcanzar estas cifras sin tener que pagar
enormes sumas de dinero es, simplemente, una fantasía. Ambas partes
deben identificar elementos clave del SLA y acordar un precio justo;
en general, esto se traduce en diferentes costes para diferentes
servicios.
Tenga
en cuenta la ubicación del cliente
Si
la aplicación es sensible a los retardos en el acceso y entrega de
los datos, o sea a los tiempos de latencia, resultará crítico que
los datos y aplicaciones estén próximos entre sí, idealmente
dentro del mismo centro de datos.
Defina
una línea de referencia
Cualquier
mejora o fallo sólo se puede detectar si se define una línea de
referencia, que resultará crítica para medir el rendimiento de
cualquier servicio basado en la nube.
Considere
el tiempo de resolución
El
tiempo de resolución, es decir, el tiempo que se tarda en resolver
un problema, deberá estar basado en la importancia del sistema y en
su criticidad. También debería incluir la generación de informes
por parte del proveedor cloud indicando la solución y los procesos a
seguir para el escalado del problema.
Tenga
en cuenta la experiencia de usuario
Fiabilidad,
rendimiento, capacidad para atravesar el firewall, tiempo de acceso.
Todos estos parámetros son indicadores técnicos pero un SLA además
de la disponibilidad y esa serie de parámetros eminentemente
técnicos, tiene que tener en cuenta la experiencia de usuario para
que la implantación de ese SLA sea efectiva.
Así,
aunque se haya definido el SLA, sigue siendo importante llegar a
acuerdos sobre los términos de la gestión. Resulta imperativo que
ambas partes acuerden en primer lugar qué parte de la aplicación o
de los servicios estará en la nube y qué parte no lo estará y,
posteriormente, se deberá establecer quién es responsable de la
monitorización: el proveedor cloud o el cliente.
Algunos
programas de orquestación cloud ofrecen una solución de
monitorización que proporciona datos a ambas partes. Pero incluso en
su nivel más básico, comenzar con el mismo conjunto de datos
reducirá la fricción entre ambas partes.
Es
importante garantizar que el SLA guarda relación con una serie de
métricas que se puedan establecer y supervisar mediante software.
Estas métricas deben ser válidas para la aplicación y los
servicios que se vayan a supervisar.
La
importancia de las pruebas
Además
de los factores incontrolados que pueden afectar al rendimiento de
los servicios cloud, existen otros elementos más superficiales que
entran en acción, afectando a la experiencia de usuario.
Todo
esto se suma dificultando enormemente la posibilidad de definir
exactamente lo que un cliente está firmando. Por ello es conveniente
que las corporaciones e integradores de sistemas prueben de forma
privada su entorno cloud antes de su lanzamiento.
En
un entorno de prueba de concepto las empresas pueden evaluar si la
transición al cloud les va a proporcionar los beneficios esperados
de agilidad y escalabilidad, y al mismo tiempo, verificar si les
resulta un medio seguro, es eficiente en costes y cumple con los
objetivos de rendimiento.
Todo
esto también eliminará los problemas mencionados anteriormente que
pueden afectar a los niveles de servicio y, por tanto, permite a
ambas partes la definición de un SLA basado en lo que el proveedor
del centro de datos está ofreciendo.
Cómo
un integrador puede destacar por encima de los demás
Cuando
un integrador de sistemas decide moverse al cloud existen varias
formas de garantizar que el servicio que está ofreciendo se destaca
del resto. En primer lugar, aunque existen pocas evidencias empíricas
de que la seguridad es gestionada mejor por un proveedor de servicios
cloud, el integrador de sistemas ofrece un valor añadido.
Parte
de este valor proviene de su partner de centros de datos, que será
responsable de la protección física de las instalaciones. Otro
motivo relevante para que las empresas migren al cloud es conseguir
un mayor nivel de fiabilidad.
Poder
acceder a soluciones de recuperación frente a desastres y de
continuidad de negocio, son servicios que el integrador de sistemas
puede ampliar para cubrir soluciones de las que ya disponga el
cliente.
El
ancho de banda puede hacer que el integrador de sistemas destaque
entre la competencia. Un centro de datos neutral facilita al
integrador la capacidad de construir un servicio cloud tolerante a
fallos y de elevado ancho de banda.
Para
ayudar a enlazar los centros de datos ya existentes de los clientes
con los servicios basados en cloud, el integrador de sistemas puede
firmar acuerdos con múltiples operadores que suministren el alquiler
de las líneas. Esto aumenta el rendimiento, reduce la latencia,
añade seguridad y fortalece el SLA.
Finalmente,
las nubes especializadas donde el integrador pueda desarrollar
soluciones para su área de experiencia preferida, pueden ofrecer
nuevas oportunidades de negocio.
Ejemplos
son los servicios de salud, administración local, contabilidad y
producción. Construir estas nubes especializadas permite a los
integradores de sistemas mostrar un camino de migración hacia el
cloud y una propuesta de valor para sus clientes.
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